martes, 20 de noviembre de 2018
miércoles, 3 de octubre de 2018
miércoles, 12 de septiembre de 2018
viernes, 17 de agosto de 2018
martes, 14 de agosto de 2018
miércoles, 8 de agosto de 2018
Hoy teatroooo!!!!!!
La obra de teatro infantil que presentará 6to A (Multimedios) se llama
El pícaro burlado, de Javier Villafañe.
El pícaro burlado, de Javier Villafañe.
Está enmarcada en los objetivos de la materia Teatro y diseño escenográfico y pensada como proyecto internivel para público de nivel primario.
Elegimos en esta oportunidad que puedan verla los
1ros y 6tos. años.
El cronograma de funciones es el siguiente:
Miércoles 8 de agosto 10 hs: 1ro A y B
Jueves 9 de agosto 15.30 hs.: 1ro C y 6to C.
Miércoles 15 de agosto 10 hs: 6to A y B.
martes, 7 de agosto de 2018
miércoles, 1 de agosto de 2018
martes, 31 de julio de 2018
Olimpíadas Juveniles Buenos Aires
Cada vez falta menos para los Juegos Olímpicos de la Juventud que se desarrollarán
en Buenos Aires. Desde el 6 al 18 de octubre, la Ciudad vivirá el espíritu olímpico y,
en los meses previos al evento internacional, el Comité Organizador presentó a la
mascota oficial. Pandi es el nombre del personaje seleccionado que busca representar
el esfuerzo, sacrificio y constancia de los protagonistas.
Olimpíadas 2018
en Buenos Aires. Desde el 6 al 18 de octubre, la Ciudad vivirá el espíritu olímpico y,
en los meses previos al evento internacional, el Comité Organizador presentó a la
mascota oficial. Pandi es el nombre del personaje seleccionado que busca representar
el esfuerzo, sacrificio y constancia de los protagonistas.
Olimpíadas 2018
Tag: de los Juegos Olimpicos
viernes, 6 de julio de 2018
viernes, 22 de junio de 2018
jueves, 21 de junio de 2018
jueves, 31 de mayo de 2018
LA GUERRA GAUCHA
LOS GAUCHOS DE MARTÍN DE GUEMES EN JUJUY
Durante nueve años, entre 1812 y 181, la caballería gaucha, vence sucesivamente, en una desgastadora guerra, ocho invasiones llevadas a cabo por las tropas realistas, procedentes del Alto Perú y el Perú. Aquellos singulares jinetes, sin otras armas que tacuaras con un cuchillo en la punta a manera de lanzas, machetes, boleadoras, lazos y alguna que otra tercerola, montados en ágiles y pequeños caballos serranos, acostumbrados a moverse entre montes de vinales, quebradas pedregosas o sendas impracticables, se organizaron en partidas regulares aprovechando el exhaustivo conocimiento del terreno y atacaron, tanto de día como de noche, a las columnas enemigas.
“He jurado defender la independencia de América y sellarla con mi sangre. Estamos dispuestos a morir primero que sufrir por segunda vez una dominación odiosa, tiránica y execrable”
Con estas palabras, Martín Güemes pone de manifiesto su voluntad libertadora como continuador del espíritu revolucionario surgido el 25 de Mayo de 1810, cuando el pueblo salió a la calle a exigir un gobierno criollo contra el enemigo colonialista que nos azotó siempre, llevándose nuestras riquezas.¿Qué fue la resistencia sino una colosal batalla con centro en Humahuaca, un ala en la Quebrada del Toro y la otra en la frontera del Chaco? Diez veces entraron los realistas a Salta y Jujuy; diez veces fueron expulsados. A cada nueva invasión, los partidarios de la resistencia crecían. Güemes tuvo por aliado al pueblo, a la peonada, a todos los hombres, mujeres y niños que querían una patria libre y colaboraron dando todo lo que poseían, peleando codo a codo con piedras, hondas y armas robadas, alzados contra el invasor.
Un domingo llega la avanzada realista al pueblito de Chicoana, y después de la misa un gaucho dice:-Tendríamos que alzarnos contra esta canallada! con qué armas? – le observan.– Con las que les quitemos, pues!
Y estalla entonces la asonada; el vecino Luis Burda es su jefe; y así desarman y corren a la guardia realista. En otro lugar, por los Cerillos, el estanciero Pedro Zabala sale a pelear, seguido de sus peones que llevan chuzos de cuchillos atados con tientos en palos del monte. Güemes tuvo por aliado al pueblo, a la peonada, a todos los hombres, mujeres y niños que querían una patria libre y colaboraron dando todo lo que poseían, peleando codo a codo con piedras, hondas y armas robadas, alzados contra el invasor.
Un domingo llega la avanzada realista al pueblito de Chicoana, y después de la misa un gaucho dice:-Tendríamos que alzarnos contra esta canallada! con qué armas? – le observan.– Con las que les quitemos, pues!
Y estalla entonces la asonada; el vecino Luis Burda es su jefe; y así desarman y corren a la guardia realista. En otro lugar, por los Cerillos, el estanciero Pedro Zabala sale a pelear, seguido de sus peones que llevan chuzos de cuchillos atados con tientos en palos del monte. Güemes tuvo por aliado al pueblo, a la peonada, a todos los hombres, mujeres y niños que querían una patria libre y colaboraron dando todo lo que poseían, peleando codo a codo con piedras, hondas y armas robadas, alzados contra el invasor.
Un domingo llega la avanzada realista al pueblito de Chicoana, y después de la misa un gaucho dice:-Tendríamos que alzarnos contra esta canallada! con qué armas? – le observan.– Con las que les quitemos, pues!
Y estalla entonces la asonada; el vecino Luis Burda es su jefe; y así desarman y corren a la guardia realista. En otro lugar, por los Cerillos, el estanciero Pedro Zabala sale a pelear, seguido de sus peones que llevan chuzos de cuchillos atados con tientos en palos del monte. En Sauce Redondo el Capitán Saravia con sólo 30 paisanos armados de garrotes y fusiles, ayudados del inerme paisanaje, atropellan por sobre un fuego vivo, asaltando y venciendo al enemigo que advierte que los hombres que los han atacado desean ser libres de corazón. “A este pueblo no lo conquistaremos jamás exclamó el General Valdés del Ejército español, cuando al acercarse a un rancho pobre, ve que un changuito de tan solo cuatro años monta en pelo a un caballo y corre al monte para prevenir de la invasión a las montoneras del Comandante Martín Miguel de Güemes. Sobresale el ejemplo de nuestra Juana Azurduy, que luego del desastre de Ayohuma, decide incorporarse definitivamente a las milicias de la liberación. Participando en numerosas batallas junto a su marido Manuel Padilla, y otras como capitana de su propia columna de un puñado de gauchos, con los cuales logró defender Chuquisaca y constituirla en territorio liberado del imperio. Petrona Arias, vestida de hombre, cabalgaba de chasqui por las quebradas. Loreto Sánchez, disfrazada de panadera, entraba a espiar a los cuarteles; y a Juana Moro los realistas la emparedaron en su casa por sospechosa de espionaje. Y, esa valiente, “la regalada”, que salió de su rancho totalmente desnuda y fingiéndose loca, para distraer y atajar a una partida de invasores, mientras los patriotas preparaban la emboscada. Hombres de Don Martín Miguel hoy desocupados. Mujeres que reciben de pago hambre y miseria de quienes jamás dieron nada, de los que nunca supieron del valor y del sacrificio. Niños… desnutridos y analfabetos. Triste laurel de vergüenza pata el triunfo de este pueblo que no sabe de cobardías ni entregas. Todavía hoy sigue impaga la deuda, todavía hoy dura la agonía hecha piedra de todo el pueblo norteño. Por eso es que debemos rescatar al héroe gaucho de las manos de los que los mataron, debemos rescatarlo como bandera de un pueblo que en cualquier momento repite la historia. Porque la Guerra Gaucha sigue viva en las quebradas. Viva en los trabajadores que entre cerros y soledades repite hazañas y sacrificios, viva en las sombras que callan muertes en selvas y hondonadas. Viva en cada hombre, mujer y niño de esta tierra que no se resigna al hambre y la dominación; en cada humilde que trabaja y que sueña con una Argentina para todos.
El general español Andrés García Camba, entonces comandante del escuadrón de Dragones del Perú, los define con exactitud: “Los gauchos eran hombres de campo, bien montados, todos de machete y rifle, de los que se servían alternativamente, sobre sus caballos, con sorprendente habilidad, acercándose a las tropas
con tal confianza, soltura y sangre fría que admiraban los militares europeos que por primera vez observaban a esos hombres extraordinarios a caballo, cuyas excelentes disposiciones para la guerra de guerrillas y de sorpresa tuvieron repetidas ocasiones de comprobar”.
con tal confianza, soltura y sangre fría que admiraban los militares europeos que por primera vez observaban a esos hombres extraordinarios a caballo, cuyas excelentes disposiciones para la guerra de guerrillas y de sorpresa tuvieron repetidas ocasiones de comprobar”.
jueves, 24 de mayo de 2018
miércoles, 9 de mayo de 2018
Tradiciones Argentinas Bobadilla Fernanda
El gaucho era un habitante característico de las llanuras y zonas adyacentes de Argentina, Uruguay, y Sur de Brasil. y en Chile la zona de Aysen. Se identificaba e identifica por su condición de hábil jinete y por su vínculo con la proliferación de vacunos en la región, además de por las actividades económicas y culturales derivadas de ella, en especial la del consumo de carne y la utilización del cuero. Aparecido en el curso del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX, fue un habitante seminómada, con autonomía personal considerable. Los sistemas de trabajo impuestos por algunos terratenientes luego de la independencia dieron forma al particular régimen clientelar del peón de campo.Los sistemas de trabajo impuestos por algunos terratenientes luego de la independencia dieron forma al particular régimen clientelar del peón de campo.
A la mujer gaucha tradicionalmente se la ha llamado «china» quechua: muchacha y por extensión hembra), «paisana», «guaina» (en el norte litoraleño), «gaucha» y «prenda»
Casi desaparecido como tal a principios del siglo XX, el gaucho conserva un papel importante en el sentimiento nacionalista de Argentina, Paraguay y Uruguay, así como independentista de Río Grande del Sur (Brasil). Fue un factor importante de las guerras de la independencia y civiles, y en torno a su figura se formó una literatura original denominada literatura gauchesca. Uno de sus ejes temáticos fue la denuncia de la injusticia social, en general con tendencia racista, que tuvo como punto culminante los libros El gaucho Martín Fierro (1872) y La vuelta de Martín Fierro (1879).
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